Espolón de Poniente (Peña Rueba)

27 de septiembre de 2017

Todavía nos quedan días de vacaciones y decidimos volver a Peña Rueba, esta vez al Mallo La Calva.


El Espolón de Poniente (325m. V+) es otra de esas escaladas "love climbing" de grado amable y buena roca. Abierta en 2008 por Luis Royo y Julio Benedé (dos de los incombustibles miembros de Sendero Límite), surca de manera lógica el mallo y nos permite ascender hasta la parte más alta escalable del macizo.

Aproximación: Ya hemos comentado otras veces el cómo llegar hasta Peña Rueba, por lo que no es necesario repetirnos como un bocadillo de ajos. Para llegar al Mallo, el camino se bifurca casi a pie de pared y deberemos girar a la izquierda hasta encontrar una amplia terraza. El comienzo se encuentra marcado con un parabolt (conviene que el asegurador se ate ahí porque se está bastante alto del suelo) y una cinta con el nombre de la vía.

Material: Aparte del equipo personal (arnés, pies de gato y casco), mochila de pared y agua y/o comida (a discreción de cada uno), y asegurador (ojo si tenéis pensado rapelar desde Punta Blanca) un juego de cintas (12-15) y cuerda simple. Si pensáis empalmar algún largo, llevad alguna cinta mas. Llevad también zapatillas o botas porque la bajada se hace por la ya consabida ferrata sur( podemos dejar a pie de via mochilas, ropa, mas agua, etc.)


¡¡EMPEZAMOS!!

Siendo un día entre semana y fuera de la temporada de vacaciones de verano, nos levantamos tranquilamente. Hemos pasado noche en uno de los aparcamientos y no necesitamos madrugar, ya que la aproximación la conocemos y solo son 35-40 minutos.

La vía comienza a la izquierda de la famosa Make, por lo que es fácil tomar como referencia el techo y seguir bordeando la pared hasta encontrar la terraza. Nos alicatamos y con cuidado nos acercamos al parabolt que marca el pie de vía, donde nos llevamos la alegría de encontrar ya escalando a Julio Benedé (miembro de Sendero Límite y uno de los aperturistas de la vía), junto a una amiga suya.

L1 (V+, 30m.) Diego comienza el largo, bastante mantenido y que te pilla un poco descolocado por lo de siempre (que si es el primer largo, que si no has calentado bien, que si no estás todo lo concentrado, que si el perro fuma...). Tenemos ya comprobado que los primeros largos de toda esta zona no son ninguna tontería y que te ponen en situación bien pronto.

Diego metido en faena en el L1.

L2 (IV+, 20m.) Segundo largo fácil que sube recto de la reunión por un canalizo en busca de un arbolito, que hay que bordear con tendencia a la izquierda en busca de una cómoda repisa a pie de un marcado diedro, donde se encuentra la segunda reunión.

Desde abajo, todo es culo....

L3 (V+, 20m.) Quizás el largo más bonito y estético de toda la vía. Discurre por un marcado diedro, con muy buena roca y movimientos que te hacen pensar que sabes escalar y todo.

Diego pasándolo pipa con sus espatarres.

Se encuentra bien equipado y con la posibilidad de acerar si se atraganta algún paso. En nuestro caso no es necesario porque es un grado y técnica que conocemos bien (huy, ¡eso ha sonado a sobrada!) y lo disfrutamos como chiquillos.
Laura disfrutando del ambiente del L3.

L4 (V+, 25m.) Me toca salir de nuevo por terreno algo mas plaquero. Largo mantenido y de mirar bien los pasos, pero que se resuelve bien.

Pues allá que vamos.

No tiene la espectacularidad del largo anterior pero también tiene pasos muy bonitos, de esos que requieren estar concentrado en todo momento.

Tu ríete... que luego me lo cuentas jajaja.

Ya empieza a hacer calor y en breve salimos al sol, y se nota. A partir de los siguientes largos empalmamos (que para eso llevamos "la maroma" de 70 metros, como dice Julio jajaja), por lo que nuestros largos no coinciden ya con los de la guía/croquis. 

Diego empalma L5 y L6 (V, 60m.) La pared va perdiendo algo de carácter y continuidad, por lo que podemos permitirnos el lujo de desplegar cuerda.

Aquí un primo alado cotilleando lo que estamos haciendo.

Vuelvo a salir y empalmo L7 y L8 (V, 60m.) Conviene llevar alguna cinta larga o aro porque si no el roce puede ser mortal. 60 metros de cuerda pesan mucho y agradezco el que llevemos mas cintas largas que de deportiva. La reunión se encuentra al lado de una cueva (que queda a nuestra izquierda).

En busca de la cueva.

L9 y L10 (IV+, 65m.) Dos largos bastante fáciles que, si no hay viento (como es nuestro caso) se pueden empalmar tranquilamente. La reunión se monta en la antecima aunque hay otra un poco mas abajo. Desde aquí se puede hacer un rápel de 25 metros hacia la faja para enlazar con la ferrata sur.
En nuestro caso, decidimos continuar aunque los largos que nos quedan son mas anecdóticos que otra cosa. 

El siguiente largo (III) es muy fácil pero con riesgo de quedarse con alguna piedra en la mano, con lo que conviene no confiarse mucho. Diego me avisa que voy quedándome sin cuerda y decido montar en un tronco.
Diego afrontando el último largo.

Una vez que recupero a Diego, sale hasta la última reunión (III, unos 15 m.) Si hubiera seguido, seguramente me hubiera dado la cuerda para llegar (sobrándome unos 15 cm...). Hay que tener mucho cuidado con la roca suelta, algo común a todos los mallos de la zona.

¡¡Pos ya hemos llegado!!

Las vistas, como siempre son espectaculares.

Ya solo nos queda recoger la cuerda, ponernos las zapas y bajar por la ferrata sur ( unos 40 minutos), recoger las mochilas de abajo e ir a por la merecida birra.

Todavía nos quedan unos días por la zona, tan solo nos queda confirmar que el tiempo permanece estable.

***BUENAS ESCALADAS***

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